sábado, setembro 02, 2006

Grandes Aberturas # 29

Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber quién es el que le agarra; le quiere reconocer o, al menos, poder clasificar. De noche o a oscuras, el terror ante un contacto inesperado puede llegar a convertirse en pánico [....]
Todas las distancias que el hombre ha creado a su alredor han surgido de ese temor a ser tocado. Uno se encierra en casas a las que nadie debe entrar y solo dentro de ellas se siente medianamente seguro. El miedo al ladrón se configura no sólo como un temor a la rapina sino también como un temor a ser tocado por algún repentino e inesperado ataque procedente de las tinieblas. La mano, convertida en garra, vuelve a utilizarse siempre como símbolo de tal miedo. Mucho de ello a pasado a formar parte del doble sentido de la palabra "agarrar".

Elias Canetti - Masa y Poder, Traducción de Horst Vogel